“Lo que hay que tragar” el nuevo libro de Gustavo Duch

Título: Lo que hay que tragar
Subtítulo: Minienciclopedia de política y alimentación
Autor: Gustavo Duch
Colección: El rojo y el negro
Editorial: Los libros del lince
Páginas: 264
Formato: 13,5 x 21 cm
ISBN/EAN: 978-84-937562-0-8
PVP con IVA: 15,00 euros

Contenido:
Cada día 3.500 cerdos viajan desde otros países de Europa a España, y ese mismo día otros 3.000 cerdos hacen el viaje inverso. Los kilómetros que recorren muchos de los alimentos que consumimos arrastran absurdos como éste, y también numerosos atropellos: en el lago Victoria, en África, las multinacionales extraen diariamente toneladas de percas para el consumo en Europa, mientras dos millones de personas ribereñas pasan hambre.
La agricultura y la pesca globalizadas han generado el expolio de los bienes naturales del Sur. «Con gran audacia, gran desprendimiento», según dice Federico Mayor Zaragoza en su prólogo a este libro, Gustavo Duch defiende el Derecho a la Alimentación de los países más pobres y arremete contra la flagrante injusticia del sistema. Lo que hay que tragar cuestiona los monocultivos, la producción de agrocombustibles, la agricultura transgénica y demás tropelías que han despojado a los pequeños campesinos y pescadores de su fuente de trabajo. Gustavo Duch denuncia por su nombre los oligopolios de los alimentos: Pescanova, Calvo, Monsanto y Danone, entre muchos otros.

«El libro de Gustavo Duch retrata la maldición y la esperanza de este mundo cuyos amos están jugando a los dados. Sus páginas, siempre decidoras, nunca pesadas, cuentan muchas historias y contienen numerosa información desconocida, en un lenguaje milagrosamente capaz de convertir el plomo en pluma. Aquí hay horror y hay humor, y amor. Porque esta denuncia implacable de los crímenes que el poder universal comete contra la naturaleza y la gente es también un entrañable homenaje a la tierra y a las manos que la trabajan.»

EDUARDO GALEANO

Autor:
Gustavo Duch (Barcelona, 1965) es licenciado en veterinaria y tiene un postgrado en dirección de empresas. Casado y con un hijo y una hija. Su mayor empresa ha sido la de colaborar en la construcción de un espacio para acercarse a la realidad rural de los países del Sur, Veterinarios sin Fronteras, fundada en 1987, y de la que ha sido director desde 1991 hasta 2009. En el ámbito de la cooperación al desarrollo, ha sido miembro de la Junta Directiva de la Federación Catalana de ONGD y presidente de AGORA NordSud.
En los últimos años colabora estrechamente con los movimientos y campañas relacionados con la lucha por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos. Ha sido miembro de la Junta Directiva de la Plataforma Rural, colabora con la Vía Campesina y con campañas como «No te comas el mundo» o «Som lo que Sembrem». Colabora en distintos medios de prensa escrita, como El Periódico, Público, La Jornada (México), Galicia Hoxe y El Correo Vasco, así como en algunos programas de radio.

LO QUE HAY QUE TRAGAR: http://loquehayquetragar.wordpress.com/

Lo que hay que tragar
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9 Replies to ““Lo que hay que tragar” el nuevo libro de Gustavo Duch”

  1. Me sorprende cada vez más este tipo de libros, y ya me he leído unos cuantos…
    Comprendo bien el concepto, pero porque la utilización del discurso ecologista para crear un proteccionismo contra la incapacidad de competir de Europa.
    Las personas que escribe este libro olvida que España depende de la exportación de vinos, de la exportación de eólicas, de la exportación de aceite de Oliva sea de un gran o pequeño productor. Seamos realistas, cada vez que voy a una tienda gourmet y se pueden comprar productos de agricultura ecológica es por lo menos un 150% más caro… esta es la agricultura que Duch cree que
    Terminará con el hambre en el mundo?? No, es una estrategia proteccionista. Incluso como españoles deberíamos olvidarnos del turismo, ya que un viaje intraeuropeo contamina lo mismo a nivel de CO2 que un año de vida corriente, no debería también indicar en el libro que deberíamos no tener vacaciones??? O por lo menos todas las vacaciones debieran ser en el “Pueblo”. Estoy por la agricultura ecológica, soy muy responsable con mis consumos energéticos, el manejo de los desperdicios etc etc. Y en mi trabajo como agrónomo hago utilización de las tecnologías disponibles de forma racional y responsable. Es verdad podemos mejorar mucho más, pero porque satanizar… es que no queremos que nuestros vinos vayan a Japón, o que los neumáticos Michelin producidos en Aranda vayan a toda Europa, o que los Renault que se hacen en Valladolid se dejen de construir porque el 60% de las piezas son del exterior y se venden los autos en el exterior, quizás los Nissan de Barcelona o Ford de Zaragoza… se deben dejar de importar Ipod y móviles porque vienen de China?? Claro, como esa industria no existe aquí, no se dice nada contra eso no?
    Si se fuera consecuente no habría problema, dejamos de hacer este movimiento… pero para todo… Los productos costaría 4 veces más y nos tendríamos que apañar.
    Otra de las cosas que es bastante ambiguo de este discurso, es que se dice que es el sistema el que lleva a destruir a la gente haciendo la trabajar por sueldo impropios en regiones a donde serán llevadas las nuevas producciones. Esa es una mentira a medias, el que incumple con sus ciudadanos es el país que no hace las leyes y las hace respetar es el gobernante del país, no nosotros ciudadanos que queremos productos a valores razonables.
    ECOLOGISTA ACTIVO NO EXTREMISTA, obviamente el libro me interesa mucho y lo leeré, pero creo que se están pasando…
    Pero bueno, el tiempo pasa rápido… hace algunos años y son fotos que van el barco de greenpaece… las playas del país vasco estarán bajo agua el 2017… solo faltan 7 años y veremos que tan buenas son sus anticipaciones apocalípticas…

  2. Hola Gustavo, me identifico con tu teoría incluso antes sin leer el libro.
    No conseguimos nada exigiendo muchas medidas con escusa de proteger el medio ambiente la salud y el buen hacer, para luego traer los productos de fuera porque gastan menos en medidas de sanidad o de medio ambiente al producir: manzanas, espárragos, zapatos, coches ropa hortalizas naranjas pescado, cerdos, pollo leche etc etc etc etc etc etc etc…….. etc y nosotros como productores solo nos queda esquiar, ir a la playa, o cambiar de coche o electrodoméstico para que consumiendo arreglemos el desaguisado. Esto se soluciona produciendo no consumiendo.
    En el siguiente capitulo la P.A.C.

  3. Hola Gustavo te pude escuchar un dia de estos en la TV me encanto
    como hablas
    como te expresas
    gracias por ser asi

  4. ¡Vaya, vaya! Con que controlado por altos intereses electivos. ¿O eres tú el supresor de lo que no te interesa? Ahí incluyo de nuevo el escrito. A ver si lo vuelves a quitar…

    Alimentar ad-infinitum…

    El tema se las trae difíciles. Alimentar ad-infinitum a una descontrolada creciente población mundial no será posible, bajo condiciones de mínima comodidad humana, en corto tiempo a venir. Contra menos en el largo recorrido cronológico.
    El paradigma de la austeridad, la conservación, la inteligencia en estado puro se han de imponer y, en especial el menos común de los sentidos: EL SENTIDO COMÚN, en el comportamiento social humano, se hace totalmente necesario. El coger al toro por los cuernos, a tiempo, ya casi no lo vamos a conseguir. Puesto que las contradicciones y las múltiples formas del carácter humano lo harán imposible. No soy, en absoluto, catastrofista, simplemente veo a mi alrededor, me informo, contemplo mi pasado y proyecto un sin futuro para la humanidad formada por seres (la mayoría de los viajeros terrestres) cuya prioridad es la violación (bajo sus múltiples formas), la exclusividad, la mentira bajo cualquiera de sus formas: religiosa, divina, política, judicial, etc., etc., etc., para justificar cualquier desmán, tropelía, abuso.
    Los países llamados pobres, en principio lo son, lisa y llanamente, porque sus habitantes, en minoría dominante, lo propician, sin ellos, la ingente explotación, expolio y arrasamiento que padecen sus patrias y territorios, no sería posible en absoluto. Sólo, bajo una fuerza mayor directamente militar podrían, de otro modo, conseguirse tales robos de patrimonio de recursos por parte de los países, llamados, occidentales.
    El mal es el hombre en si, no ésta o aquella forma, moda, tendencia u otra manera de vivir.
    Si un macho mulo (hombre) es capaz de matar por un insignificante “polvo”, aunque esto sea una brutal forma de ilustrar el error de esta especie. Nada mas tenemos que contemplar el mundo animal que, según todos lo indicios, llevan viviendo sobre la Tierra muchísimos millones de siglos mas que nosotros y no han destruido, prácticamente, nada de su medio natural, habiendo desaparecido los que por su gigantismo (seguramente, no por el meteorito de Tunguska) pagaron con el exterminio ejercido por la madre Tierra (con toda seguridad, igual que las acacias envenenan a quienes las depredan en exceso inyectando taninos indigeribles en sus hojas, evitando, así, el exterminio de la especie), y, en contraposición comparativa, el hombre, sólo en 500 siglos de historia, mas o menos comprobable, ha destruido casi la mitad de su entorno habitable, que le es mínimamente necesario para subsistir. Es eso una especie autollamada animal inteligente: ¡NO!
    Particularmente hay personas mejores, mucho mejores y buenísimas; pero, ¡ay! todas están sujetas al consumo impuesto por los que dirigen , temporalmente, el cotarro productivo.
    El remedio, absoluto, como te supongo dotado de una inteligencia superior a la media humanoide, no te lo voy a decir, pero tú y yo sabemos cuál sería.
    Produce escalofrío, hoy en día con los medios comunicadores que contamos, contemplar la Tierra desde el espacio y ver con la tristeza de los que la amamos, sobre todo lo existente, las gigantescas luminarias marcadoras de sus superpobladas áreas.
    Es totalmente angustioso pensar que el remedio estaría en alimentar mas y mejor a todos los llegados y por llegar.
    Solamente un rigurosísimo cambio en la estructura del cerebro humano, y, por ende, de su comportamiento, acabaría con la completa degeneración que comenzamos desde el día que alguien, blandiendo la bandera de la exclusividad de “su tribu” dijo (y lo peor es que se lo creyeron la mayoría) creced y multiplicaos. El pobre ignorante que dijo semejante frase lapidaria, no tuvo en cuenta que la Tierra era un globo delimitado por un azulado contorno: NO UNA INFINITA PLANICIE DE ABUNDANCIA INAGOTABLE.
    À bon entendeur, salut!

    Stompokratus Kratus. Habitante terrestre. Por ahora.

  5. Por los comentarios de Jordi Figueroa me da la impresión de que no ha entendido nada de nada… “me sorprende cada vez más este tipo de personas, y ya he visto unas cuantas”, le diría. No entiendo cómo personas aparentemente inteligentes y con cultura y capacidad dialéctica se quedan en la superficie sin más.

  6. Le felicito por la conferencia que dio en Zaragoza en las ultimos jornadas de agricultura ecologica. Esta bien que haya alguien que denuncie las tropelias que se hacen con la tierra.Yo soy una simple ama de casa que siempre se ha preocupado por estos temas y alrrededor de “mi pequeño mundo” hago todo lo que puedo ya que el gran mundo”no tiene arreglo.Sabemos de tdas estas barbaridades y estas denuncias nos dejan con la moral por los suelos, pero tengo ganas de que alguna vez alguien como UD nos bride un rayo de esperanza y que por lo menos los que luchamos para hacer un mundo mejor nos demos cuenta de que sirve para algo. Por otra parte claro que me gustaria consumir productos ecologicos y dentro de mi economia (precaria,vda. de autonomo)compro lo que ella me permite pero me queda la duda de que se esta montando un gran negocio con la buena fe de los consumidores y que ese tipo de alimentos sera para unos pocos privilegiados.Atte. Isabel

  7. Entre estos y muchos comentarios relativos al tema, así como en las mentes de muchíssimas personas, hay un grave error conceptual básico que nos tapa los ojos. ¿No nos lo dijeron en la escuela? Quizás a algunos no les guste escucharlo, pero no es una cosa que se pueda escoger o evitar. Ya no són los valores, ni las tradiciones, ni las religiones. Es un conocimiento elemental que nos esclareceria muchas dudas, seguramente nos guiaria al mantener los equilibrios y a saber cuál es nuestro lugar.
    “La especie humana es una especie más de entre los millones de especies que habitan este planeta. Sí, además formamos parte del grupo de los animales (pelo y mamas, eso es indiscutible). TAMBIÉN SOMOS ANIMALES LOS HUMANOS. Parece que ahún no hemos abandonado el antropocentrismo.
    Utilizamos herramientas, tenemos capacidad de empatía, “pensamos antes de actuar”, tenemos consciencia de nosotros mismos, ¿aún creemos que eso es lo que nos diferencia del resto de los animales? Quitemonos la venda de los ojos, no somos los unicos que gozamos de esas cualidades, y esa idea no nos deja ver más allá de nuestras narices. Estamos desubicados. Eso si, somos los unicos que matamos por placer, somos los únicos seres vivos que hemos modificado el planeta para hacerlo a nuestra medida, sorteando así las leyes de la física, la química y la biología (de ahí, entre muchas otras cosas, la demografía). ¿Y creíamos que eramos los seres señalados y especiales como para hacerlo? De ahi las consecuencias… no creamos que nos cargaremos el planeta, el planeta seguirá sin nosotros, así como la vida. ¿”La especie inteligente” serà la que habrà subsistido menos tiempo en el planeta? Seguramente hay otros modos de utilizar esta inteligencia, y hasta el momento la inteligencia “individualista” nos ha situado donde estamos. Hoy en dia la economia es la ley que nos mueve, deberíamos replantearlo.

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